martes, 28 de febrero de 2012


La PSU (Prueba de Selección Universitaria) es un medio injusto, desigual, de determinar quiénes son los más capacitados para entrar o no a alguna Universidad.

Si tomamos en cuenta que diecinueve de los veinte colegios con los puntajes promedios más altos son particulares pagados, siendo la gran excepción el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, un liceo de excelencia, nos daremos cuenta que claramente no hay igualdad en el método de selección que utiliza nuestro país pues se ve marcada claramente la diferencia entre la gente de mayores recursos y la gente de menores recursos.
Si analizamos cada materia en específico veremos que matemáticas es la asignatura menos equitativa en cuanto a puntajes nacionales y lenguaje la más equitativa. De los cuatrocientos cincuenta y tres puntajes nacionales que hubo el 2011 en la prueba de matemáticas trescientos provenían de colegios particulares pagados, setenta y seis de colegios subvencionados y setenta y siete municipalizados (Incluyendo al Instituto Nacional que obtuvo cincuenta y cuatro puntajes nacionales en las diferentes áreas). En lenguaje los puntajes nacionales estuvieron más parejos, uno para los particulares pagados, uno para los subvencionados y uno para los municipalizados. Pero la desigualdad continúa cuando miramos la prueba de historia y la de ciencias. En la de historia de los treinta puntajes nacionales veintiuno provenían de colegios particulares pagados, cinco de municipalizados y sólo cuatro de colegios subvencionados. En la prueba de ciencias dieciocho puntajes nacionales provinieron de colegios particulares pagados, ocho de colegios municipales y siete subvencionados.
Esto nos da un total de trescientos cuarenta puntajes nacionales para los colegios particulares pagados, ochenta y ocho para los colegios subvencionados y noventa y uno para los colegios municipales de los cuales cincuenta y cuatro son del Instituto Nacional. Más de la mitad de los puntajes nacionales provienen de colegios particulares pagados lo que demuestra que la PSU favorece a la clase alta de nuestro país, a los que tienen la opción de pagar un preuniversitario.



Lo que se mide en la PSU no es la habilidad del estudiante con respecto a las materias en específico sino la habilidad que tiene para responder cierto tipo de preguntas lo cual es claramente injusto para la gente de más bajos recursos. El sueldo mínimo actual de 172.000 pesos chilenos no alcanza para pagar un preuniversitario pues los precios de los preuniversitarios oscilan entre los diez mil pesos y los treinta mil pesos por clase, eso sin contar la diferencia de calidad que ofrece un preuniversitario de treinta mil pesos y uno de diez mil. Pero ¿Por qué es tan importante la preparación en un preuniversitario? ¿Por qué no basta sólo con la preparación en las escuelas o con un método de estudio continuado? La respuesta la encontramos en lo que enseña el preuniversitario, el preuniversitario te enseña a responder el tipo de preguntas que aparecen en la PSU y sólo ese método, lo que nos lleva a concluir que quién toma un preuniversitario tiene más opciones de entrar a una Universidad, o mas bien a una buena Universidad, que quién no lo toma por lo que la diferencia de ingresos de los padres se convierte en un factor predominante para los resultados de la prueba pues en realidad. Esto queda demostrado en un estudio de la Universidad de Talca que demuestra que el 75,7% de los alumnos que provienen de colegios particulares pagados tienen acceso a profesores particulares o preuniversitarios contra sólo 46,9% de los alumnos de colegios municipalizados.

En síntesis, la PSU es un método injusto de medir la capacidad que se debe tener para acceder a la Universidad pues el factor económico influye directamente en la manera de preparar la prueba beneficiando a la gente de mayores ingresos y perjudicando a la gente de menores ingresos pues la PSU no mide en realidad la capacidad de los estudiantes en las materias específicas que trata (matemáticas, lenguaje, historia y ciencias) sino la habilidad que tienen los alumnos de responder ciertos tipos de pregunta.

Nota: datos de PSU 2011.

El marxismo, un proceso inconcluso.

A lo largo de la historia se han visto muchos tipos de luchas entre diferentes clases sociales al igual que lo que planteó Mark, en este sentido la teoría es perfecta y hasta aquí todo calza. El problema se produce cuando llegamos a la conclusión, el final que él plantea no se ha dado a lo largo de la historia y más bien han parecido intentos desesperados de llegar al fin de la “sociedad perfecta” que terminan convirtiéndose en dictaduras socialistas más que en verdadero Marxismo. Alguien podría replicarme que el nazismo se llevó a cabo mas no contestaría yo que sí, pues caemos en el mismo error de pensar que porque un proceso o una teoría a comenzado tendrá que terminarse (jamás se llevó a cabo el ideal nazi y tampoco el planteado por Marx), no porque plantee la ecuación de 1+1= y deje la incógnita será esa la única manera de llagar al 2 pues 2x1= también termina en 2 (haciendo alusión con el 1+1= al proceso). El que se haya iniciado la jugada para el gol no significa que esta terminará en gol y no es gol hasta que la pelota cruze la línea, así como también podríamos decir que no por el hecho de que se haya iniciado un proceso hacia la educación gratis podremos decir que en Chile hoy existe la educación gratis hasta que efectivamente se haya concluido el proceso y la educación sea gratis. Quiero dejar en claro que esto no significa que dichas teorías sean imposibles pues como Kant lo hace con su bien sumo, la máxima deseable, tratando de defender la inmortalidad del alma, yo también podría defender dichas teorías con la esperanza de acercarse de a poco al ideal. Lo que planteo en consecuencia es simplemente que la teoría del comunismo planteado al estilo Marx no se ha llevado a cabo en su totalidad (al menos por ahora) en ningún lugar del mundo, ni si quiera en la URSS, el proceso iniciado no basta para hablar de un comunismo como lo plantea Marx pues falta la parte más importante, la conclusión.